Harg Rocanegra

Mi padre... Horgag Rocanegra, impetuoso y poderoso guerrero miembro del orgulloso clan al que pertenezco hoy en día... los rocanegra. Su único error fue el de confiar en la fuerza de los demonios como todos los demás... Y aún así, eso no cambia mi admiración hacia el... Todo hijo tiene la aspiración de llegar a ser lo que fue su padre e incluso superarlo... y este no es un caso distinto.

Nací tiempo después de la destrucción del portal oscuro, cuando nuestro mundo fue partido por los brujos traidores de la horda, y fuimos a parar en este nuevo mundo, nací en un campamento de los roca negra, Mi madre era una herrera de corazón, sus armas eran bruscas y eficientes, dignas armas para un digno guerrero, por ello se unieron en la cacería que tuvieron hacia algunos años y permanecieron juntos... Hasta que la guerra acabó y mi padre halló una manera de enmendar su error, el error de su clan y el fracaso que daño el corazón de todos nosotros... La guerra continuaba para él, protegiendo con los demás orcos el clan y, muchos años después liberando a los orcos junto a las fuerzas de la nueva horda de los campos de concentración orcos, pero durante ese transcurso de tiempo... tenía un cachorro el cual esforzaría por hacerlo un guerrero digno de los Rocanegra. Así, desde muy cachorro él me entreno en el arte de la guerra, la espada, el hacha, y la fiereza de los orcos en el momento de la batalla...

Cuando comenzó la invasión de los demonios, sabíamos que era el inició de una nueva guerra.. incluso yo, siendo apenas un cachorro lo sabía... A pesar de todo, jamás deje de confiar en la firmeza y habilidad de mi padre... El murió en la última batalla contra los demonios, siendo su último deseo el que yo le supere en todo sentido... A día de hoy, se a lo que se refirió... Su maldición lo condeno junto a otros orcos que abrazaron de nuevo la sangre demoníaca, y aún así, lucho contra sus carceleros y murió con honor....


Apenas siendo cachorro, mi madre me enseñaba el arte de la herrería, siempre me recordaba... "Si quieres ser un buen guerrero, debes tener una buena espada... y si quieres ser un mejor guerrero, debes forjarte la espada." Siempre supe que mi madre quería que le siguiera sus pasos, y ser un guerrero implacable, siempre la honrare por eso y jamás dejare que su espíritu depositado en mi se vea decepcionado...

Años después al alcanzar la mayoría de edad, inicie el Om'riggor, como todo joven miembro del Clan Rocanegra, empuñe mi lanza y salí en busca de una cacería grande en las llanuras de nuestro nuevo hogar...  Matando un Kodo salvaje, el cual me tomo muchos días, el tiempo y esfuerzo valieron la pena, consiguiéndolo al fin... saliendo victorioso de nuestro mas antiguo ritual y siendo una de las nuevas caras de la horda, empuñaría mi espada para servir a la horda como todo guerrero, en aquel transcurso, ayudando a la par a mi madre en la herrería y enseñandome a forjar y a usar todo tipo de herramientas... Desde el primer día hasta poco tiempo después en la actualidad, no deje honrar el nombre de mis ancestros, de mi padre, de mi madre, quien murió de una enfermedad...

Años después, un viejo orco se me acercó, mirándome detenidamente... "¿Eres Harg, hijo de Horgag?" Me dijo con una voz seria pero algo apacible... Asintiendo ante esa pregunta.. iniciaría el camino al que me dedicaría día y noche... aprendiendo muchas cosas... todo gracias a la deuda de honor saldada de este viejo orco con mi padre...